Diecisiete largos días
El anhelo del Libertador por el cual tanto luchó había llegado a su final, la codicia de personas que lucharon en un principio junto a él por la independencia, terminó en una inevitable traición, el pueblo al que le debían la libertad lo condena al desprecio, verá la destrucción de su propósito en la que invirtió muchos años y parte de su dinero, empezaba la etapa mas amarga e ingrata de su vida, el paso por la guerra no dio tiempo en atender sus dolencias, su carácter tampoco colaboró, crecían las consecuencias del descuido a su salud y con eso un inevitable final a su desdichada existencia. Del bergantín nacional “Manuel” llega el Libertador en horas de la noche el primero de diciembre a Santa Marta, con un aspecto cadavérico, no puede caminar, posee una voz ronca, su cuerpo adolorido es débil y flaco, es necesario bajarlo con ayuda y total cuidado, se hace cargo de su enfermedad el joven doctor Prospero Reverend, en repetidas situaciones mencionará “Lo peor es que Bolívar cr...